Catalina Castrillón
Gallego
Candidata a doctora en
Historia
Universidad Nacional de
Colombia, sede Medellín
El artículo, es un
estudio sobre la producción radiofónica en Colombia, teniendo como factor
importante la inclusión en las revistas y periódicos siendo un vehículo para
que la novedad técnica trascendiera había sectores más amplios.
Desde 1930, el diario
“El Espectador” comienza a incluir en
sus páginas temas relacionados con radio, especialmente las notas que contenían
la programación de las emisoras. También, se ocuparon de las iniciativas gubernamentales
de instalar radiorreceptores, la censura a la radioperiódicos, y la pugna entre
periodismo radial y el escrito. En 1944, una nota del periódico dijo:
“Antes de esta
fecha, en sus páginas editoriales y de opinión era frecuente encontrar apuntes
relativos a los intentos de regulación de la radiodifusión por parte del
Estado, y textos en los que se reflexionaba sobre la responsabilidad de la
radio para con la población del país.”
Años
después la inclusión de radionovelas, en los espacios de entretenimiento, los diarios
publicaban la información; el diario “El Espectador” lo publicaba así:
“Miles de lectores y
radio-oyentes han seguido de cerca, intrigados, la campaña publicitaria
realizada últimamente por Kolkana […]. Y este velo de misterio se correrá el
próximo lunes 25
de septiembre, cuando un
locutor de la emisora Nuevo Mundo de Bogotá, a las 7:15 p. m., anuncie la intrigadora
[sic] sorpresa, en los siguientes términos, más o menos: “Kolkana, amigos de la
emisora Nuevo Mundo, ofrecerá a partir de hoy y todas las noches de lunes a
sábado, a la misma hora, durante treinta minutos, la sensacional radio-novela
original del escritor cubano Félix B. Caignet, El
derecho de nacer,
con la participación de más de 45
radio-actores. 165 minutos más tarde —10 p.
m. —, [de] lunes a sábado, La Voz de Colombia repetirá la obra de Caignet,
considerado como el más humano de los autores”. (El
Espectador,
22 de septiembre de 1950,
p. 10)
Fue inusitado el revuelo causado por esta radionovela.
Los diarios capitalinos se ocuparon de la discusión y dieron la palabra a
defensores y detractores de su transmisión. La relevancia que diferentes
publicaciones periódicas dieron a temas relacionados con las comunicaciones a
distancia. Ello hizo posible que esta actividad, en un principio restringido a
círculos de expertos y aficionados, pudiera expandirse a otros sectores.
En la década del cuarenta, las secciones o páginas
de radio se ocuparon de asuntos relacionados con el mejoramiento técnico de las
emisoras, la actividad artística que estas propiciaban, además de la moralidad
y calidad de sus programaciones. En ocasiones la información sobre radio
aparecía publicada junto con la de teatro y cine, y se conformaba así una
sección de espectáculos, como en el caso de “El
Espectador.”